Oblivion [2013] – ★★★

La ciencia ficción lleva años dando ligeros tumbos adormilada en una factura técnica impresionante pero carente de una historia que de verdad te haga agarrarte a la butaca y disfrutar de un verdadero espectáculo.


En los últimos años, y sin querer recurrir a internet, me vienen pocos ejemplos a la memoria. Entre ellos la pieza angular y de eje que fue Matrix y una de las mejores películas del Spielberg más palomitero llamada Minority Report. Y es que el efecto 2001: Una odisea en el espacio ha querido siempre que cualquier aspirante al género quisiese siempre llevar su propuesta más allá y rozar lo trascendental. No hay más que ver cómo los creadores de Matrix llevaron su propuesto al ridículo filo-religioso en sus secuelas. Y en la actualidad ninguna fórmula de género ha dado un producto realmente satisfactorio salvo algún ejemplo puntual como la excitante y brillante Moon.


Y así nos acercamos a un nuevo producto Blockbuster con ansias de pedigree de la mano de aquel director que nos extasió hasta el aburrimiento en Tron: Legacy y que recluta a una de las mayores super estrellas del cine mundial para tratar de configurar una grandísima propuesta titulada Oblivion y que pese a su pulcra corrección se queda en eso, en una propuesta correcta, fascinante visualmente y con momentos verdaderamente entretenidos pero que cuando se acaban las palomitas y empiezas a ver realmente el carisma cinematográfico todo se queda en nada.


En Oblivion Tom Cruise vive en una tierra futura, desolada tras la guerra y rodeado de unas máquinas empeñadas en matarle. Junto a él su esposa con la que conforma el equipo perfecto y viven como Wall-e y Eva solo que con muchos más lujos y menos carisma. En esta tierra desolada algo anda mal, el bueno de Tom tiene pesadillas con recuerdos que no han existido en un pasado que es nuestro presente y muchas cosas más de aire trascendental que hasta tienen a la voz de Morgan Freeman como protagonista.


Oblivion no es mala en su estructura, ni en su ejecución (verdaderamente impresionante en sus efectos especiales) ni en sus interpretaciones (hasta Olga Kurylenko parece menos de relleno que de costumbre) pero tiene un problema: sus ganas de querer ser más de lo que verdaderamente es.


Me explico, la película avanza con buen pulso y entretenimiento hasta que en un momento dado trata de querer abarcar el terreno de la fábula y la metáfora, del querer pasar de ser un espectáculo a una cinta de las que te haga pensar y llevarte más allá y ahí es donde patina porque le viene grande.


A su director, Joseph Krosinski ya le pasó en su anterior (y única) cinta Tron: Legacy, el tono trascendental se le va de las manos y tiene un gran problema para mantener el pulso narrativo más allá de su pulso visual. QUiero decir, que cuando abrazas el paquete visual, cuando te fascinas por la acción y empiezas a ver lo que es realmente el argumento no  hay nada novedoso o algo que no hayamos visto antes en otras cintas y su manera de contarlo acompañado de una partitura musical tratando de encontrar una épica un poco forzada hace que te derives hacia el aburrimiento.


¿Es entonces Oblivion mala? No, no lo es, pero no es tan buena como se cree y es una pena porque Oblivion arranca como una buena película de ciencia ficción con gran vocación para arrastrar y contentar masas pero se va perdiendo en su búsqueda de otros caminos que hacen que al final se quede sin una identidad propia. Una verdadera lástima que una película que podía haber aspirado a mucho más gracias a su gran reparto y su vislumbrante poderío visual se termine quedando en mucho menos de lo que aparenta querer ser.


Valoración: 6/10
Lo mejor: Su factura visual y el talante de Tom Cruise

Lo peor: Cuando se descubre el pastel es un mejunje de otras cosas ya vistas

La Momia [The Mummy, 2017] – ★★★

¿Dónde está tu espíritu de aventura?

A estas alturas habrás leído de todo (y casi todo malo) sobre la nueva versión de La Momia (The mummy, 2017) dirigida por Alex Kurtzman y con Tom Cruise como piedra angular ya no sólo de ésta cinta, sino de todo un nuevo universo compartido, llamado Dark Universe, que viene a ser la respuesta a estos tiempos Disney-Marvellianos que venimos viviendo.

El principal problema es que es una película de entretenimiento fabricada con ese fin. No pretende  nada más que ser un blockbuster de verano simple, sencillo, cargado de efectos y directo la consumo rápido y de multisala. No hay riesgo, no hay giros de guión ni nada provocador, por lo que para mí, dejando todo lo demás de lado y viendo la cinta como puro entretenimiento la cosa funciona. 


El problema es cuando nos paramos a pensar en ella y hay muy poco donde agarrar.


La cinta arranca con un prólogo de una princesa-reina que abraza el lado oscuro para hacerse con el poder del reino, o el trono… o no queda muy claro. Por supuesto todo le sale mal y queda momificada hasta el día de hoy, dónde dos ladrones dan con la tumba por accidente y con ayuda de la presencia femenina obligatoria (mujer florero encarnada por Annabelle Wallis de Peaky Blinders) destapan la maldición de nuevo y te la sabes de memoria.


Lo que distingue ésta de la versión de Stephen Sommers (a la que le cayeron palos por todos lados por los críticos que ahora la encumbran) es que la versión 2017 es más seria, oscura y cercana al terror que a las aventuras camp y divertidas de los 80 de las que hacía gala la versión de Brendan Fraser. No es seria y trascendental tipo superhéroes de DC, siguen metiendo algún golpe de ligereza y humor (para eso tenemos al sidekick encarnado por Jake Johnson (New Girl), pero trata de acercarse más a un aire de prestigio y solemnidad que abandonarse al humor absoluto y desfrenado.


El otro problema es que ya te la sabes de memoria y por momentos todo resulta una concatenación de escenas de acción que empujan la trama a golpes que una verdadera sucesión del argumento. Hay momentos en que ni siquiera se explican en dar a entender como llegan de un punto A al B, simplemente es magia que sucede unas veces y otras no. 


Y así llegan las referencias, que vienen por todos lados y tienes esa ligera sensación que lo has visto todo antes (y en ocasiones mejor) desde las ratas hasta los escarabajos, con resurrecciones al estilo “The walking Dead” con muchos hombres muertos devueltos a la vida corriendo con la boca abierta, pasando por un hombre loco americano en Londres a las explosiones masivas y a gran escala que parecen importar a muy pocos. Es un poco en plan, ¿podéis dejar de hablar de tonterías que están dejando Londres hecho un solar?Todo ello con unos efectos magníficos en los que de verdad impresionan algunos pasajes (el avión) pero que carecen del encanto de la serie B a la que esta película debería dar más crédito y carisma.


Mi principal problema con la película es que al terminar tienes un sentido inconcluso de todo. Ya no hablo de dejar la puerta abierta para una secuela, ni siquiera de un gran cliffhanger, hablo de la sensación de haber visto un episodio piloto largo de una nueva serie, una sensación de que los personajes no están desarrollados porque lo van a hacer en los siguientes capítulos y de que muchas cosas están metidas con calzador para hacer los crossover pertinentes. Por momentos Van Helsing aterrizaba en mi cabeza y eso, hacedme caso nunca es bueno.


En resumen, esta nueva momia es un producto blando, de fácil consumo y con muy poco peso cinéfilo o voz propia, y hay poco en esta momia que tenga identidad. Es cierto que la ambientación, la fotografía, los efectos y el misticismo hacen que todo luzca bien en pantalla y sea un entretenimiento aceptable, pero el guión, la falta de riesgo y la sensación de haberlo visto todo antes (y mejor) acaban con las esperanzas de presenciar algo verdaderamente interesante y dejan pendiente de un hilo ese nuevo universo que tendrá que ofrecer algo más personal y menos estándar para sobrevivir


Lo mejor: Es una película entretenida y funciona como blockbuster

Lo peor: Nada nuevo bajo el (oscuro) sol y el nulo desarrollo de la trama


Valoración: 6/10