AGENTE CONTRAINTELIGENTE [The brothers Grimsby, 2016] – ★★1/2

Who runs the World? Chavs!

La idea de un James Bond de andar por casa, con pocas luces y dado a cometer un error tras otro no es nada nueva: Austin Powers, Johny English o mil y un “compañero de aventuras del bueno”, alguien que se ve arrastrado por las circunstancias en medio de una misión enorme. La diferencia de  “Agente contrainteligente” (traducción rocambolesca de “Los hermanos Grimsby”) es que ésta lleva el sello de Sacha Baron Cohen y eso ya significa algo.


Es curiosa la historia del cómico inglés que ha creado personajes tan fuertes y delimitados como Ali G, Borat, Brüno y en menor medida su dictador, película anterior a la que nos acecha y que ya ofreció cierta dosis de agotamiento de su premisa. Exceptuando “Borat” (verdadero canto del cisne del autor) en su diseño de personajes es dónde nacen y mueren sus planteamientos, crea grandes personalidades y los termina agotando en repetir las mismas superficialidades y bromas. 


En su última película, la premisa de la cinta parte de una crítica a la “sociedad trabajadora inglesa”, o mejor dicho la no trabajadora, la que llena programas como Benefit Street o se sienta a diario en el show de Jeremy Kyle a descubrir tests de paternidad o si se han engañado mutuamente en la máquina de la verdad. Los denominados “Chavs” (algo así como los chonis españoles) gente que gusta de no trabajar y vivir de subvenciones del estado por sus numerosos hijos, su incapacidad para encontrar empleo (que ni siquiera buscan), que visten chanclas y calcetines y que se dedican básicamente a ocupar espacio viendo el fútbol en el pub local de barrios marginales de las grandes ciudades. En la cinta es la ciudad de Grimsby, elegida por varias publicaciones como el peor lugar para vivir en Reino Unido.


Creando un estereotipo de Chav separado de su hermano de pequeño al que echa tanto de menos que mantiene su habitación intacta desde que se separaron y ahora es un agente de inteligencia británica con el que se ve inmerso en una película de espías a lo James Bond donde el argumento no es más que una excusa para desarrollar un gag tras otro, todo con un barniz de sal gorda que hace que algunos den en la diana y otros sean una repetición tras otra. Bromas de carácter sexual y nada sutil en general, con un par de aciertos en crítica a la cultura chav pero escondida entre bromas groseras y chabacanas.


Es una de esas películas que es a duras penas es una película ya que nada sigue una lógica, sino que es una mera excusa para introducir más bromas y algunos personajes solo están ahí para ofrecer el chiste (el personaje de Gabourey Sidibe no es ni siquiera un personaje).  
Todo ello bajo la batuta de Louis Leterrier (“El increíble hulk”, “Furia de Titanes” y “Ahora… me ves”) que parece empeñado en introducir una cinta de acción como puede en la comedia y no termina nunca de encontrar el equilibrio para poner a Baron Cohen a merced de la historia y no al revés.


Respecto a la aportación española, Penélope Cruz al menos sostiene su personaje con dignidad entre mucho descontrol (me refiero a que por lo menos no ha sido utilizada para una broma del tipo Gaboury Sidibe).
En resumen “Agente Contrainteligente” es probablemente la peor película de personajes de Sacha Baron Cohen y un caos de humor escatológico pero que sin embargo puede funcionar bien en un determinado público concreto. A los que busquen algo más, hay poco más que rascar que una película entretenida con un par de chistes acertados que llegan hasta a incorporar a Donald Trump y Daniel Radcliffe pero un conjunto en términos generales ineficaz. Una pena.


Lo mejor: Las críticas a la cultura Chav

Lo peor: Algunos chistes alargados hasta el aburrimiento (los elefantes)

Valoración: 5/10