The Bling Ring [2013] – ★★★★★

La Frivolidad es el mejor antídoto contra la enfermedad de lo que uno es 

Acabo de llegar a casa dispuesto a escribir esta crítica en mi carísimo MacBook Pro y enfundado en unos jeans D&G, unas deportivas Puma plateadas edición coleccionista, una camiseta de Micky Mouse de Disney para D&G, un reloj de By Basi de Armand Bassi y las gafas de sol sobre mi cabeza de Armani Exchange mientras me ciega el reflejo en la pantalla de mi cruz al cuello por cortesía de Giorgio Armani. y escribo en la mesa junto iphone 5 y mi iPad en una funda de Thomas Baker.


Somos unos superficiales, hasta los que tenemos (o pretendemos tener) fondo nos gusta ese aire de exclusividad fingida y cada día es más y más evidente en las nuevas y (ya pervertidas) generaciones. Pero yo soy el ejemplo menos contante, el nuevo modelo de mujer de toda una generación adulta es Angelina Jolie (genial ironía de Coppola) y ya no eres nadie si no te respaldan y te llenan a retweets, likes y comentarios. No has vivido nada si no lo cuentas. Y soy culpable de que tuiteé una foto de mi entrada de cine pasada por el filtro de instagram para contarle al mundo que estaba esperando a ver la nueva película de Sofia Coppola: The Bling Ring, que resulta ser toda una oda a la superficialidad, al vive la vie y a las lucecitas de la noche que ciegan sobre Los Angeles.De hecho los desenfoques de la cinta no son absolutamente casualidad y su retrato del entorno (una vez más) ejerce tanto protagonismo como en cada de sus anteriores cintas.


Para la nueva película se ha basado en un artículo sobre una pandilla adolescente que cometió una serie de robos en las principales mansiones de los “A-list” más cotizados por las revistas del corazón y que no son otros que toda una tropa de gente conocida más por sus escándalos y estupideces que por su trabajo gente como Lindsay Lohan, Paris Hilton, Britney Spears, Nicole Richie… Algunas con talento pero más (re) conocidas por otro tipo de atributos. Y de ahí ejerce una sucinta crítica tamizada de ironía a todo aquello que supone el hecho de que la puerta del famoseo se ha abierto con cualquier Reallity Show y toda una generación de gente que puede conseguir reconocimiento, fama y dinero rápido simplemente con ser notorio y desagradable. Y lo peor es que encima es cierto.


En la película un grupo de gente roba las mansiones de las estrellas famosas, se divierte con todo tipo de excesos y les cogen. El argumento, como siempre en manos de la hija de Coppola es lo de menos, lo de más es cómo se despliega y desdobla para crear todo tipo de sensaciones y experiencias y va dejando la crítica latente tanto al mundillo cool, como a la clase media, como sobre todo a los que alimentan y fomentan este circo que se ha convertido en un referente para toda una generación.La del instagram, el facebook y el hacerse constantemente fotografías con móviles última generación que todo el mundo ya no tiene sino que DEBE tener. Todo eso está ahí como la perspectiva de facebook constante (¿os acordáis de la foto del arroz Basmati en los ritos de Inglaterra?)

Sofia Coppola tiene muchos, innumerables haters, gente que odia su estilo posmodernista  cargado de temas comunes (la adolescencia, el poder de las responsabilidades) y la frialdad con la que trata determinadas atmósferas y lugares junto a su estilo de caro y cool videoclip. Todo eso está de nuevo aquí y llevado a su enésima potencia, pero acusar a un director de tener visión e identidad propia en una cartelera poblada de productos tan impersonales como World War Z o The purge es ya no solo estúpido sino carente de fundamento. Respeto que no guste su estilo pero acusar a alguien de tenerlo es ridículo.


Aquí vuelve a ponerlo al servicio de la historia, sus planos en habitaciones y las camas como elementos metafóricos, su música estridente apoyando cada imagen, sus polaroid, su fascinación por el lujo al extremo, los planos de gente mirando por las ventanas y una vez más su gusto y regusto por los finales perfectos. Sofia Coppola dirige esta cinta, para bien o para mal, pero sigue siendo una de las voces y directores con mayor sello propio en una industria cada vez más homogénea y eso es de agradecer.


Otro de sus rasos es su innegable talento para sacar lo mejor de sus actores (Stephen Dorff, Scarlett Johansson, Kirsten Dunst…) y aquí lo vuelve a hacer principalmente con el reparto joven donde nadie desentona  destaca de sobremanera Emma Watson convertida totalmente en una figura cinematográfica a tener muy en cuenta de cara a una conversión adulta exitosa en el mundo cinematográfico. Su baile frente a la cámara es toda una declaración de intenciones y la naturalidad de todo el elenco en esa pandilla de gente odiosa es simplemente brillante. Ojo a la hermana de Vera Farmiga (vista antes también en American Horror Story que aquí convence junto a Watson. Es un gran elenco que hacen verosímiles situaciones rocambolescas.


Pero si algo me ha llegado a entusiasmar es una vez más la experiencia cinematográfica que envuelve el conjunto de la historia: la banda sonora, el montaje (reportajes televisivos, fotografías de revistas, imágenes pixeladas), el estilo de dirección, el lenguaje y ritmo de los diálogos (de una frescura y cotidianidad inigualable) y sobre todo la frescura, ligereza (¿superficialidad impostada?) y el ritmo de una película que lo requiere. Es como ver un reportaje lujoso de E! pero hecho con mala uva, sarcasmo y acierto.


Podría hacer un análisis muy detallado de todo lo que hay (desde el hecho de no mostrarte a la pandilla como los populares del instituto porque no es lo que persigue sino sentirse ellos los A-list) o los guiños divertidísimos desde la propia casa real de Paris Hilton al retrato de culpable de Lindsay Lohan, pero voy a centrarme en lo que tenemos y es la película más desenfadada, pretendidamente superficial y descarada pero que a la vez habla de tal cantidad de cosas que la convierte en un retrato generacional de la cultura pop que extiende la propia directora. Un acierto absoluto que entretendrá a muchos, dará mucho que pensar a otros y que hará a los haters revolcarse en su propio odio por no saber ser cool. Un nuevo acierto de la que a día de hoy sigue convenciéndome en cada una de sus cintas.

Lo mejor: Lo cool que resulta todo


Lo peor: Que todos busquen debates filosóficos y algún subrayado innecesario


Valoración: 9,5/10