El profesor pelmazo dándote la chapa de historia
Vaya por delante que llevo viviendo en Manchester 12 años y que llevo realizando tours por la ciudad un par de ellos. Hablo de la masacre de Peterloo a diario (los hechos que acontecen en esta película) y he leído un par de libros al respecto y visto alguna obra sobre los acontecimientos del mismo, o del antes, o el después.
Es decir, tengo un cierto conocimiento previo a la historia que se narra antes de ver esta película. No soy un catedrático de lo acontecido, pero sí que sé más o menos de qué va el asunto.
Ya he visto la película dos veces y tras un primer visionado que se me quedo en adjetivos como “decepcionante”, “oportunidad perdida” y sobre todo “un poco rollo”. Ahora tras ver la cinta por segunda vez me parece francamente infumable.
La película narra lo acontecido en Mánchester, en los campos de St. Peter en 1819.
Aquí 60.000 habitantes de la época (que se dice pronto) se juntaron en una manifestación pacífica pidiendo ciertas reformas parlamentarias: abolir ciertos impuestos que se pusieron tras las guerras napoleónicas que llevaban a la gente a morir literalmente de hambre (especialmente las leyes del Maíz), mejorar el sufragio ya que solo el 2% de la población podía votar y sobre todo juntarse unidos para enseñar la situación de miseria que se vivía en el Norte de Inglaterra ante los pocos elitistas que se regodeaban en sus lujos en el Sur del país.
Para evitar algo similar a lo acontecido en Francia en 1789 se decidió dar la orden de enviar a la caballería contra las masas y se mataron a 18 personas y resultaron casi 1000 heridos en una de las grandes masacres del país y que tuvo unos efectos directos en cómo entendemos hoy el panorama político y de derechos de los trabajadores.
Mike Leigh tenía el sueño de llevar estos acontecimientos a la pantalla desde hace mucho tiempo, y creo que ese ha sido su gran error. Su película Peterloo [2019] tiene ese problema de cuando sabes mucho de un tema y te empeñas en querer demostrarlo a toda costa aburriendo por el camino a todo el personal.
Para empezar casi toda la película se basa en los actos que confluyen en esta masacre y para ello trata de ser tan fidedigno como sea posible a todos los aspectos de la producción que se olvida de una cosa fundamental: construir personajes que nos interesen. Durante más de una hora y media vemos una recopilación de discursos (que no dudo que no sean los exactos de la época) que realmente no llevan a ningún punto. Es gente hablando y rozando en muchos aspectos la caricatura (los magistrados malos conspirando contra el pueblo) y prácticamente nada de interés humano por ningún personaje.
Básicamente, es como si Mike Leigh tuviese un interés exclusivamente pedagógico y se ha olvidado por completo de cualquier forma artística. No me refiero a que los personajes estén deslavazados, es que literalmente no los hay, no se sabe prácticamente nada de ellos y cuando llega el momento que te debería sobrecoger y poner los pelos de punta simplemente te da todo igual. Las imágenes son sobre cogedoras, pero el drama, la intensidad, la tensión, el cariño… nada de eso simplemente está ahí. Es como ver una de esas piezas de museo que ponen en las exposiciones que nadie se sienta a ver a menos que para descansar las piernas. Puedes coger la película con una hora empezada y, si te has perdido detalles académicos, pero nadie te podría resumir a ciencia cierta qué te has perdido.
A mayores de todo esto la dirección de Mike Leigh es cuanto menos discutible. Mike Leigh es un director muy sobresaliente que tiene 7 nominaciones a los Oscars (2 por dirección y 5 por guiones) y nos ha dado obras maestras como “El Secreto de Vera Drake” [2004] o “Secretos y Mentiras” [1996] pero aquí ha optado por una dirección muy teatral.y sobre todo estática, basada en discursos largos que se recitan los actores unos a otros mientras se quedan de pie uno frente al otro. Ese es el ritmo de la película durante 2 horas. Nada de acción o mostrar nada. Sólo una recopilación constante de discursos y muchos de ellos seguramente que literales de la época.
Ese es otro fallo: asistir a ese rollo de discursos enlazados en un lenguaje que ya no se utiliza. Hay una escena en la que los periodistas tratan de adaptar esos discursos a palabras “que la gente comprenda”. Esa escena es tan sumamente condescendiente que me repatea siete estómagos.
Encima el retrato que hace de la clase obrera es tan… caricaturesco y fallido. Entiendo que muchos de ellos eran analfabetos y de clase baja (la gente se moría de hambre trabajando 14 horas), pero hay otras maneras menos insultantes de mostrarlo que con caricaturas llevadas a la burla. Esa gente que no sabía leer estoy seguro que hablaba y que lloraba, sentía, reía, gritaba y padecía. Aquí muchos de ellos son simplemente almas mirando al suelo moviéndose de un lado a otro con cara de ausentes. Es imposible sentir ninguna emoción salvo hastío.
En resumen, Peterloo narra uno de los eventos claves de la historia de Inglaterra y de la Europa obrera que culminó en la democracia como la entendemos o en el nacimiento del comunismo (también en las calles de Mánchester), pero la forma de mostrarlo es absolutamente de cartón de piedra, sin emoción, carisma y ningún sentido del ritmo. Peterloo es unicamente 2 horas de discursos pomposos y media hora de imágenes que te debería mover por dentro pero que únicamente remueven tu hastío ante contemplar la obra de algo que se empeña más en mostrar lo mucho que sabe de un tema que en saberlo comunicar para que entiendas de su importancia.
Lo mejor: Las escenas finales. Hay mucha belleza en ellas.
Lo peor: Es un tostón sin alma
Valoración: 2/10